En 1978, el Perú recibió la visita de uno de los más grandes maestros de música, el japonés Shinichi Suzuki, quien dio un concierto con niños de su país y demostró la revolución que su filosofía estaba logrando en el aprendizaje de instrumentos musicales.
El avance de la pedagogía musical que este moderno método estaba logrando en el mundo motivó a maestras como Caroline Fraser y Roberta Centurión a capacitarse e iniciar la difusión del pensamiento Suzuki en el Perú. El primer curso de Filosofía Suzuki y Libro 1 de Violín fue dictado por Marilyn O’Boyle, dirigido a los profesores de la Orquesta Sinfónica entre los que se encontraban: Annika Petrozzi, César Benavides, Benito Palomino y Sara Benítez.